Estamos asistiendo a una campaña verdaderamente esperpéntica por parte de estos dos sindicatos que, a la vista del escaso respaldo que estiman que van a recibir de los trabajadores, han adoptado conjuntamente la estrategia de «enmerdar» todo, aprovechando que es gratis, para ver si pescan algo en el lodazal.

Su campaña está absolutamente vacía de contenidos: no ofrecen nada real, nada concreto; muchas nubes, mucho humo, mucho ruido, mucho…, pero como no han hecho más que eso durante cuatro años, no pueden explicar que hayan conseguido ningún objetivo, ni acordado ninguna reivindicación de los trabajadores, ni mejorado su situación, ni resuelto ningún problema, ni garantizado ningún derecho… NADA, CERO ABSOLUTO.

Parece que esta percepción no es sólo nuestra, sino que los ferroviarios también son conscientes de ello, y claro, les ha entrado el pánico a que el voto de los ferroviarios sea masivo, porque como ellos son los que son y no consiguen convencer a nadie, si la participación sube su representatividad baja.

Por eso han inciado campañas conjuntas contra el voto por correo, que es un procedimiento de voto institucionalizado en todo tipo de elección que facilita la participación de todos los electores y, particularmente, en nuestro caso, la de aquellos como los maquinistas que no disfrutan de las dos horas que facilita la empresa dentro de la jornada laboral para ejercer el voto. Parece que no quieren que voten.

Su «afecto» por nuestro Colectivo también es visible en la demanda del SF, a la que se ha adherido CGT, por la contratación de los 52 maquinistas que se incorporaron recientemente al Grupo Renfe. Puestos a demandar, podrían haber optado por solicitar que sus contratos de obra y servicio se convirtiesen en indefinidos, que es lo que vamos a exigir nosotros y, sin duda, lo vamos a conseguir; pero no ha sido así, lo que han solicitado es que los despidan, así de claro y sin matices. Dicho en términos coloquiales: ¡A la puta calle!

También coincide su estrategia, aunque en este caso sea en el único en el que lo hacen en competencia directa entre ellos, en contar quién se reúne más veces con Podemos y quien escribe más veces el término casta en sus comunicados, o hace mayor número de referencias a las poltronas del resto de sindicalistas, aunque resulte ciertamente paradójico que lo hagan cuando quienes lideran ambas formaciones sindicales sean, precisamente, los dos liberados de mayor antigüedad del Grupo Renfe, de Adif o de cualquier otra empresa ferroviaria española y parte del extranjero.