Desde SEMAF pedimos precaución sobre las elucubraciones e informaciones no contrastadas que se están difundiendo sobre el accidente del pasado sábado 19 de octubre.

A día de hoy, se conoce que un tren circulando en vacío, sin pasajeros, remolcaba a otro idéntico que se encontraba averiado cuyo destino final eran los talleres de Fuencarral. Esta circulación, habitual en toda explotación ferroviaria, cumplía con las exigencias normativas establecidas en el Reglamento de Circulación Ferroviaria.

En la rampa situada en los últimos metros del túnel antes de Chamartín, la unidad tractora parece no tener la fuerza suficiente para continuar. Siguiendo los procedimientos establecidos en la norma, se solicita el retroceso del tren para «reiniciar» la marcha desde un punto más favorable, sin tanta rampa. Finalizado este proceso y desconociendo las causas que lo provocan, la unidad averiada se desacopla produciéndose el escape a la deriva hasta su descarrilamiento.

Todos los detalles están siendo objeto de investigación y cualquier afirmación de parte alguna que no sea el equipo investigador supone una desinformación sobre lo sucedido.

Se están escuchando diferentes explicaciones, siendo la mayoría de ellas contradictorias. Por lo que esta organización pide prudencia a toda la comunidad ferroviaria.

SEMAF ha estado presente desde el principio con el ánimo de ayudar a que la situación retorne a la normalidad lo antes posible, prestando apoyo al maquinista, y colaborando en primera línea para ayudar a esclarecer los hechos.