Esta expresión la solemos usar los maquinistas al dejar la locomotora o autopropulsado, al ser relevados, con la finalidad de comunicar a nuestro compañero que todo está en perfecto estado para continuar. Nuestro relevo sabe que puede seguir tranquilo, todo va bien.

Si el vehículo que hemos conducido no está en perfectas condiciones pondremos las anomalías observadas en su conocimiento, es necesario que nuestro compañero conozca el estado del vehículo con el que va a trabajar.

Los turnos de los cuadros de servicio tienen un tiempo de deje acordado para reconocer y apuntar si fuera necesario las reparaciones a realizar, sin embargo y vista la diligencia con que se soluciona lo apuntado en los libros de reparaciones, creemos importante extender el significado de la expresión más allá de los relevos al paso, debemos también usarla con los Centros de Gestión cuando dejamos cualquier tipo de vehículo y este va a quedar estacionado durante un largo espacio de tiempo.

Con una simple llamada al Centro de Gestión podemos comunicar, y así agilizar su solución, aquellas deficiencias anotadas en el libro de reparaciones e incluso aquellas, que aun no siendo tan importantes como para ser anotadas, deban solventarse. Estado de limpieza, goteras en el techo por el aire acondicionado, etc.,  pueden ser solucionados por los Centros de Gestión, incluso averías en las que se tuvieran que adoptar otro tipo de medidas distintas de las habituales.

Entendemos que es una medida que no supone un esfuerzo para el personal de conducción, que implica a otras personas a que tomen decisiones, y que facilitan que la toma del servicio sea más cómoda. Todos los maquinistas nos veríamos beneficiados