CC.OO. y CGT llevan muchos meses, diríamos que años, amenazando a los ferroviarios con los efectos perniciosos de cualquier actuación que se haya podido acordar, y con el punto estelar del Desarrollo Profesional de Renfe Operadora.

Por poner sólo algunos ejemplos, ambos se han opuesto a prácticamente todos los procesos de movilidad de los diferentes colectivos con diferentes excusas, como no conocer las vacantes, pero sin embargo no tuvieron el menor rubor en embarcar recientemente a los interventores en una convocatoria de huelga que ambos desconvocaron bajándose los pantalones, eso sí, de uno en uno, a cambio de no conseguir ni una sola plaza y sin conocer las vacantes.Si hablamos del Colectivo de Conducción, nada tienen que ver con los acuerdos que han permitido que más de 1.400 compañeros se hayan trasladado en estos cuatro años, pues no han acordado ninguno. Pero no han dejado de bombardear con lo negativos que eran estos procesos para el Colectivo.

Si hablamos de ingresos, nos encontramos en idéntica situación, pues no han acordado ningún ingreso, ni en Conducción ni en el resto de Colectivos de la Empresa. Pero eso sí, no han dejado de rellenar tablones con panfletos en los que dicen que el empleo es su principal preocupación y que todo lo que se estaba acordando iba contra ese gran objetivo que sólo defendían ellos.

La realidad es que, sólo en Conducción, se han producido cerca de seiscientos ingresos en estos cuatro años, ingresos que han sido acordados y generados exclusivamente por los acuerdos suscritos por SEMAF y UGT.

Los únicos pronunciamientos claros que han tenido al respecto es que no se podía consentir que ingresase en Conducción personal externo y que todas las plazas debían cubrirse a través de reconversiones de personal de otros colectivos. Aunque ahora se erigen en supuestos defensores de los derechos de esos compañeros de reciente ingreso vendiéndoles criterios opuestos a los que han planteado en las negociaciones.

Porque CGT, que ahora les dice a estos nuevos compañeros que no se puede admitir que se conduzcan trenes con percepciones inferiores a las del resto de maquinistas, las únicas reivindicaciones y movilizaciones que ha planteado para el Colectivo de Conducción en toda la negociación del Desarrollo Profesional han sido las de que haya compañeros que tuviesen condiciones diferentes por hacer lo mismo.

 

Últimamente, CC.OO. y CGT han publicado comunicados en los que destacan el valor ligeramente inferior de la Paga Extraordinaria para algunos ferroviarios y la desaparición de la clave 401 y otros conceptos. Y, con ello, han pretendido demostrar una gran pérdida retributiva.

Quizá por eso les molesta que a los ferroviarios se nos haya abonado el cierre de la variable correspondiente al pasado ejercicio, que demuestra que, con el Acuerdo de Desarrollo Profesional, además de contar con una retribución fija superior a la que teníamos anteriormente, la retribución global también ha superado a la del ejercicio 2009.

Y les duele más porque esto se ha conseguido con sólo seis meses de aplicación del acuerdo y saben que si los ferroviarios multiplican por dos la retribución percibida de julio a diciembre y la cantidad abonada para el cierre de la variable en febrero, el incremento económico es considerable y deja al descubierto de manera clara e incontestable sus mentiras y falsedades durante todo este tiempo.

Es realmente patético ver cómo utilizan claves o conceptos aislados para intentar demostrar algo que la realidad desmiente con tanta facilidad como la de hacer una simple suma.

Y hablan y no se cansan del retroceso que ha supuesto el Acuerdo de Desarrollo Profesional para todos los colectivos por las tremendas y atroces modificaciones funcionales, por la demencial nueva regulación de la jornada laboral y por la dramática destrucción de empleo que va a generar.

Pero la realidad en estas materias también es tozuda y demuestra que los ferroviarios no han sufrido modificaciones funcionales relevantes, que trabajan prácticamente en las mismas condiciones que anteriormente y que las modificaciones no les han perjudicado.

Y la jornada laboral se ha ordenado y, por primera vez, ningún ferroviario va a realizar excesos de jornada que no se vean compensados con tiempo de descanso, ni va a trabajar más días de los que tiene que trabajar, ni le van a hacer permanecer en su puesto de trabajo sin computarle ese tiempo como trabajo. 

Todo lo anterior ha tenido su reflejo inequívoco en una creación de empleo muy superior a la acordada en el Expediente de Regulación de Empleo: porque el trabajo que no podemos hacer los que estamos en el tiempo de trabajo que nos corresponde, sólo puede hacerse mediante nuevas contrataciones. Porque los posibles excesos generan más tiempo de descanso que sólo puede cubrirse mediante nuevas contrataciones. Y porque el tiempo de trabajo no puede prolongarse artificialmente con conceptos que repercutían en la jornada efectiva y sólo puede hacerse mediante nuevas contrataciones.

Y esto son hechos y realidades que todos los ferroviarios podemos constatar.

También con el inicio de la negociación del II Convenio Colectivo vemos como CC.OO. dice una cosa y la contraria sin el menor rubor. Allá por diciembre se jactaba de que gracias a sus propuestas y su firme posición se había denunciado el I Convenio Colectivo y que el Presidente del CGE, perteneciente a CC.OO., había instado el inicio de la negociación del II Convenio Colectivo y la constitución de la Comisión Negociadora.

Sin embargo, cuando la pasada semana se procede a dar satisfacción a la demanda planteada, CC.OO. entiende que se está hurtando algo a los trabajadores. Si esto es lo que pensaba, ¿por qué lo pidió por escrito sólo dos meses antes?.

Nos vuelve a quedar la sensación de que a estos sindicatos les vale todo. Cuando se pide dicen que es gracias a ellos; cuando se consiguen las cosas, no las acuerdan, pero lo poco o mucho que tengan de bueno también, por arte de birlibirloque, ha sido gracias a ellos, y si se diese el caso, que no se ha dado, de que acuerden algo, por supuesto sería mérito exclusivo de ellos. La verdad es que para no haber hecho nada, son unos cracks demostrando méritos: todas las medallas son suyas y sin necesidad de participar en la batalla.

Por lo que se refiere exclusivamente al Colectivo de Conducción, el doble, triple, cuádruple… lenguaje, como ya hemos comentado en otras ocasiones, es espectacular. Tienen un mensaje adecuado para cada residencia, para cada cuadro de servicio, para cada trabajador. Y no reparan lo más mínimo en que lo que le dicen a unos es exactamente lo contrario de lo que han dicho cinco minutos antes al de enfrente.

CC.OO. elabora comunicados para conducción que no publica para que no vean el resto de colectivos porque los mensajes dirigidos a nuestro colectivo y al resto dicen exactamente lo contrario. A Conducción se le dice que SEMAF se ha quedado corto en el acuerdo y que ahora tenemos que trabajar más y peor y cobrando menos; y al resto de colectivos les cuentan que Conducción es el único colectivo que, trabajando menos y mejor, ha incrementado de manera espectacular sus ingresos. ¿Por qué? Cada uno podrá encontrar un respuesta, pero lo que es evidente es que basan sus mensajes en la mentira y eso da mala espina. Aplican seriamente y sin rubor lo que los hermanos Marx contaban con humor: «Estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros».

En cuanto a CGT, hay que reconocerles que son maestros incuestionables en dos aspectos: el insulto y la demagogia. Además de reconocerles idéntica utilización del distinto mensaje en función del colectivo destinatario del mismo, señalado para CC.OO. en el párrafo anterior, es curioso verles demostrar la coherencia de su mensaje cuando dicen defender de idéntica forma a los nuevos maquinistas y a los antiguos MM.II. Maquinistas Jefes del Tren, cuando lo que plantean es exactamente lo contrario. Su frase sería, más o menos, la de: «Yo no tengo principios, pero si quiere preparo uno a su gusto».