Cuando a finales de 2019, una vez más, solicitamos una mejor planificación a la Dirección de la Empresa en materia de recursos humanos, no era por ser una demanda banal, sino porque ya preveíamos que todos los procesos relativos al Plan de Empleo estarían en peligro y la deliberada nefasta gestión nos llevaría inevitablemente a un colapso.

Ya anticipábamos que las pretensiones de la Dirección eran la reducción de plantilla del Grupo, a través de la falta de incorporación a tiempo del personal necesario para cubrir las salidas de personal que se habían diseñado, hecho que se ha confirmado al finalizar este ejercicio con más de 600 trabajadores menos en la entidad.

Todo esto nos llevó, a principios del año pasado, al inevitable conflicto planteado en el mes de marzo de 2020, escenario que fue interrumpido por la mayor crisis sanitaria y social que se ha vivido y que ha afectado a este Grupo y sus trabajadores.

Las circunstancias que motivaron este conflicto, claras y expuestas en innumerables ocasiones a la Dirección, lejos de ser escuchadas y estudiadas para su resolución, han sido utilizadas en su propio beneficio y camufladas, mediante la pandemia, por los gestores.

Ahora, nos encontramos con las consecuencias de esta nefasta gestión, tenemos un plan de empleo debilitado, diseñado para el rejuvenecimiento y mantenimiento del empleo y utilizado por la Dirección para disminuir el mismo en plena crisis sanitaria y social.

Nos encontramos sin la resolución de procesos, como adscripciones, movilidad e incorporaciones y sin el inicio de nuevos procesos contemplados, por primera vez desde que se inició el plan en 2016. Por otro lado se ha dado continuidad a los procesos de salida de personal sin tener garantías de poder realizarse éstas al carecer de incorporaciones que puedan cubrir esas vacantes.

Las incorporaciones de personal nunca se habían realizado con tanta improvisación y falta de coherencia como las ultimas realizadas, ignorando cualquier propuesta y reivindicación planteada por nuestra organización.

Básicamente, lo que encontramos es una corrupción deliberada del funcionamiento del Plan de Empleo con el único propósito de causar el colapso, buscando esta Dirección de Recursos Humanos la reducción de plantilla dentro del Grupo, una plantilla que realmente se está cansando de responder constantemente para que luego se lleve los palos de sus propios gestores.

No olvidamos que esto no se comenzó en medio de esta crisis sanitaria, sino que comenzó con anterioridad, lo que agrava aún más los hechos, puesto que la premeditación en la actuación de la Dirección de la empresa era y es clara.

Los acuerdos que se alcanzan en las relaciones laborales siempre tienen un objetivo, además de contar con la buena fe de las partes para su cumplimiento, por lo que incumplir estos acuerdos o utilizarlos para la búsqueda de un objetivo distinto o contrario, transgrede esta buena fe y desenmascara a los que intentan engañar y manipular a los trabajadores.

SEMAF seguirá luchando por cambiar la deriva de esta nefasta gestión, que nos está llevando a un futuro sin un proyecto de grupo a largo plazo, al carecer de recursos para afrontar la liberalización inminente y por tanto la nueva realidad del sector.

 

Luchamos por el rejuvenecimiento y el mantenimiento del empleo, la profesionalidad, la formación y la seguridad.