Renfe afronta la renovación de la Presidencia tras menos de dos años del actual presidente en el cargo.

Para SEMAF no es una buena noticia que la principal empresa ferroviaria pública, y del sector en España, carezca de una dirección sólida y estable.

Tampoco es positivo que, paulatinamente, la dirección y estrategia de la empresa carezca de la necesaria autonomía y poder de decisión.

Históricamente, la Presidencia de Renfe gozaba de cierta independencia en su toma de decisiones. Que hoy, los profesionales de la empresa, echamos de menos.

La Presidencia, con el resto de la Dirección, conformaba un equipo integrado por profesionales ferroviarios capaces de establecer un correcto dimensionamiento de cada decisión, y sus posibles consecuencias sobre la propia empresa y el sistema en el que opera.

Sería una agradable sorpresa que la próxima persona que ocupe el cargo fuera un profesional experimentado en el sector ferroviario, conocedor de la idiosincrasia de Renfe. Predispuesto al crecimiento de la compañía y a la defensa de sus personas trabajadoras.

Alguien convencido del ferrocarril como futuro del transporte público, accesible, sostenible y vertebrador. Capaz de recuperar la autonomía de Renfe en pro de los intereses de la compañía; y encarrilar a la empresa pública en la excelencia y calidad del servicio, que siempre fueron seña de su identidad.

Renfe ha de afrontar en el presente numerosos retos, y es necesario alguien con todas estas cualidades para salir reforzados.